Democracia y autoritarismo. Ambigüedad conceptual
Contenido principal del artículo
Resumen
Para designar algunas formas autoritarias de gobierno, así como a sus líderes y estrategias, se han propuesto categorías híbridas, como se ha hecho para el socialismo del siglo XXI venezolano. Estas definiciones híbridas son ambiguas, asignan características democráticas y autoritarias al mismo modelo. El sistema democrático es por su naturaleza contra autoritario, y el autoritarismo es esencialmente antidemocrático. Dada la especificidad funcional que debe corresponder a cualquier definición, el uso oportunista de elementos democráticos por parte del autoritarismo no autoriza a calificarlo como parcialmente democrático o semidemocrático. Los modelos autoritarios no practican, ni siquiera levemente, fórmulas competitivas genuinamente democráticas. La participación electoral del autoritarismo es oportunista, sus líderes políticos compiten electoralmente ocasionalmente para promover su presencia y retórica en la arena política, ocultando su verdadera naturaleza autoritaria contraria a la alternancia política democrática. También es históricamente posible que la democracia pueda derivar hacia el autoritarismo cuando presenta déficits severos, creando un ambiente favorable al autoritarismo. Las nociones de democracia autoritaria y autoritarismo democrático no son congruentes. El elemento opresivo del autoritarismo, abierto o velado, que tarde o temprano despliega para su permanencia, es incongruente con la noción de democracia e incompatible con un modelo que promueve la libertad política.